me prometí no irme a dormir sin poner en tinta y palabras un poco de como me siento. llevo casi un año exacto sin escribir en formato largo y mucho menos publicarlo.
en los últimos 12 meses, he vivido y sentido experiencias y emociones que por ahora parece que no existen las palabras. pero en el fondo yo sé que sí. yo sé que algún día voy a poder compartirte la verdad de lo que viví—y de alguna manera, sigo viviendo—este último año.
dicen que no tenemos idea lo que alguien esta sintiendo por dentro cuando evaluamos fu vida por fuera. y hoy más que nunca puedo decir, ‘querida, no tienes idea lo que sentí—y siento—por dentro durante este tiempo.’
una experta me dijo que solo hay un porcentaje muy pequeño de personas en el mundo que comparten la misma historia que yo. y eso me hizo sentirme muy sola por mucho tiempo.
pero, aunque los detalles sean diferentes, todos pisamos la misma superficie terrenal y experimentamos diariamente lo lindo—y duro—que es vivir una vida en este planeta.
y por eso, estoy de vuelta. para conectar con todas las personas que se sienten que lo que han vivido es extraño—y tan abstracto que nadie se podrá relacionar totalmente.
y sí, es verdad. nadie nos va a entender completamente nunca. porque solo nosotros conocemos lo que es vivir con nuestra mente, debajo de nuestra piel, rodeada de nuestras circunstancias, experiencias, y milagros.
antes, esta idea me enjaulaba. ahora, me libera. pensar que yo—y solo yo—me entiendo al cien. y a la vez, poder conectar con los demás a través del dolor, la esperanza, la resilencia, y la fuerza más grande del mundo: el amor.
hoy, te escribo desde el escritorio de mi cuarto. me mudé. otra vez. llevo sin pasar un año completo viviendo en la misma dirección desde que llevo 14 años.
durante la última decada, he vivido en 13 hogares diferentes. 13!!!
aparte, he tenido la oportunidad de visitar y hospedarme por tiempos cortos en casas de amigos en muchas esquinitas del mundo.
solo en 2022, amanecí bajo 38 techos diferentes.
y en lo que va del 2023, llevo amaneciendo bajo 16!!!
me propuse que la siguiente aventura iba a ser quedarme. que el viaje sería residir en guate—el país que me vio crecer. alquilamos este apartamento con mi hermana, Mariela, por los próximos dos años. así que, aunque todo puede cambiar porque ‘hey, así es la vida’ está firmado con tinta que voy a amanecer bajo el techo del apartamento #1001 por la mayoría de los próximos 730 días.
por supuesto, seguiré planeando aventuras aquí y allá. no hay nada que prenda mi alma en fuego como viajar a un lugar nuevo—o abrazarme con una buena amiga después de mucho tiempo de no vernos.
pero hay algo adentro de mí que me dice que es hora de crecer raíces. no para no volver a moverme. si no para pulir, nutrir y expandir mis alas todavía más.
siento raro. siento raro tener mi pasaporte guardado en la caja más arriba de mi closet. siento raro tener mis maletas guardadas en la bodega del sotano 3. y siento aún más raro no tener un viaje planeado en los próximos 6 meses.
hoy, en lo que el silencio del domingo se hundía en mi con mucha gracia, tuve el impulso de meterme a ver pasajes en Expedia para ir a visitar en Junio a una amiga virtual que todavía no he tenido la dicha de abrazar en persona. no estoy diciendo que ya no voy a ir, lo que quiero recalcar es lo mucho que me está costando quedarme quieta.
por qué? por qué cuando paramos, sentimos. la quietud nos da espacio para que nuestras emociones, ideas, y pensamientos suban a la superficie—y nos hagamos conscientes de ellas.
hoy me di cuenta que he atado parte de mi identidad al caos. a la tragedia. como ha sido parte de mi vida constantemente desde los 14, no sé como vivir en medio de los picos. y, tengo que admitir, que parte de mi ya está anticipando otro pendulazo. estoy acostumbrada a high high’s o low low’s. ‘el medio’ completamente ausente.
pero se que no está extinto. sé que existe. y sé que puede ser parte de mi vida, si me abro a recibirlo. la paz. la quietud. la armonía. la serenidad. el descanso. el medio.
hoy, quiero cortar lazos con la obscuridad. el caos. la tormenta. no de una manera ilusa de pensar que nunca va a volver a llover (hola época de lluvia, te huelo) si no de una manera de querer sufrir menos. porque…
cuando atamos nuestra identidad al caos, la resilencia no es lo que destaca.
si no el sufrimiento.
y me rehuso a causarme a mi más sufrimiento. i’m too old for that shit. quiero ser mi mejor amiga. quiero nutrir mi mente, cuerpo, alma, y corazón. quiero ir al sauna y invertir en un masaje relajante. quiero echarme mis cremas de cara lentamente. quiero inhalar profundamente al levantarme y poner música al bañarme. quiero mantener mi cuarto ordenado y empezar mi semana con intención. quiero darle vida a mis proyectos y alimentar los que ya respiran. quiero escribir. quiero dormir. quiero sudar en yoga y rodar en Voltio. quiero colgar fotos en la pared—con tornillos, no tape.
hoy, me subo al avión desde Guate.
y me bajo en el mismo lugar.
hoy, estoy de vuelta.
pero cambiada.
como siempre regreso.
y tú? a donde viajas?
—cristinona☆